sábado, 15 de diciembre de 2007

Un fuerte olor a cereza mientras me acostaba en mi cama. Sentí la almohada más suave que de costumbre, y cuando menos pensé tenía el cuello húmedo. Mi almohada estaba rellena de cerezas rojas, impresionantemente rojas; redondas, sensiblemente redondas y me las comí todas.