A mi tristeza hace años ya que la tengo castigada.
Tiene prohibido salir.
Sé que no es algo pedagógico esto del castigo,
Pero es efectivo.
Eso creo.
Igual, a veces se escapa.
Anoche lo hizo pero la vi in fraganti,
una lágrima la delató.
Mi boca en un intento desesperado por distraerme
Movió sus puntas hacia arriba y como siempre lo consiguió:
Desvió mi atención mientras tristeza corría a esconderse bajo las cobijas y la luz apagada, como si no hubiese pasado nada.
Yo también hice lo mismo.
La tierra siguió su curso
Conmigo encima
Y tristeza dentro,
Muy adentro
Con la misma orden que ahora más que nunca
No puede romper.
jueves, 16 de agosto de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)